Cuando era pequeña la edad era algo irrelevante para mi, a veces no entendía el porqué muchas mujeres cercanas a mi les daba vergüenza revelar su edad, como si estuvieran cometiendo un crimen o peor aún que el hecho de revelar su edad las hiciera vulnerables,  hasta la fecha sigo siendo esa niña que piensa que la edad es eso, un NÚMERO.

Quiero confesar que a mis inicios de los 20 sentía esa presión social muy atada a mi, a veces tenía ataques de pánico cuando alguien me preguntaba sobre el “novio”, o si ya tenía planes de tener hijos o casarme hahaha, esas preguntas me hacían sentir diminuta, porque yo era esa persona que no hacía lo que los demás hacían, hasta que deje de tomarles importancia y decidí vivir sobre mis propias decisiones.

A los 24 sufrí esa crisis que a la gran mayoría de las personas les ocurre, mis propios pensamientos me atormentaban las 24 horas, laboralmente me sentía muy abajo sobre otras personas, me refiero a que miraba a mis amigos cercanos y verlos triunfar en otro estado o en otro país me hacía sentir que yo era una pendeja hahahahha me preguntaba qué estaba haciendo mal, esos pensamiento estuvieron todo ese año, hasta que decidí que era momento de crecer, no solo en lo laboral, si no en lo personal, porque me sentía vacía y esa sensación es horrible.

Así que decidí emprender a nuevas aventuras a viajar más a sentirme libre, porque desde los 20, me sentía atada y no sabía a qué, así que cuando cumplí 25 jamás me había sentido tan completa, tan plena, tan feliz hahaha hacía mucho que no lo sentía.

Cuando decidí liberarme de mis propias cadenas, me sentí muy bien y creo que a todas las personas nos ocurre, llegar a un punto en el que no nos sentimos suficientes.

Este año ha sido un reto personal y profesional, porque me propuse a hacer más cosas, como tomar street photography y hacerlo en otros países; viaje más que nunca en mi vida, estuve en 3 continentes y en 4 países, profesionalmente, crecí tanto que no puedo dejar de agradecer a mi actual empresa G20 que me dio esa estabilidad y espacio que pedía a gritos y a mi amado RENDER porque a pesar de todo seguimos creciendo juntos.

A estas alturas de mi vida he decidido vivir a mi propio tiempo; a hacer las cosas cuando quiera y no seguir con esa presión social.

Hoy, es mi último día de tener 25 y jamás me había sentido tan completa como hoy.

Gracias a todos por todo su apoyo incondicional se los agradezco desde el fondo de mi corazón.

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